"Vegetariano?? Pero vos no sos argentino?" Es lo primero que me pregunta cualquier extranjero, sorprendido por mi decisión de no consumir más productos de origen animal. Sí, adoptar una dieta vegana viniendo de una cultura de asados, bifes de lomo y milanesas parecería una locura en los ojos de tanto extranjeros como compatriotas. Sin embargo, lo único que lamento acerca de mi decisión es el no haberme dado cuenta antes, el no haber abierto los ojos años atrás acerca de lo saludable que es una dieta vegana y de la horrorosa realidad diaria de los mataderos, criaderos y demás productores.
No fue una decisión tomada a la ligera ni mucho menos. Hace unos 5 años conocí en la universidad a un flaco que era vegano y, cervezas de por medio, hablamos unas cuantas veces del tema, del por qué cambiar, de las alternativas alimenticias, etc. Desde ese momento me quedó siempre picando la idea pero por un motivo u otro siempre faltaba el empujón final para dar el gran paso. Unos meses atrás, buscando información en internet sin relación alguna (sobre entrenamiento para perros) me topé con reportes acerca de los abusos y prácticas rutinarias en mataderos. No podía creer lo que estaba leyendo, así que decidí investigar el tema y buscar documentales y testimonios, solo para enterarme de cosas cada vez peores. Cualquiera de ustedes, amigos vegetarianos, saben a qué me refiero así que no es necesario entrar en detalles. Si estás leyendo esto y no conoces las prácticas habituales en la industria de la carne, te recomiendo un documental que lo resume muy bien: Earthlings. Una producción que llevó varios años de cámaras ocultas y recopilación de material, habla del desprecio con que se tratan a diario a los animales en todos los ámbitos (mascotas, comida, pieles, experimentación). Se puede ver GRATIS por Google Video así que no hay excusas para no verlo. En ayunas, mejor. No digan que no les avisé.
Si te interesa proteger nuestro medio ambiente y respetar a los demás integrantes del reino animal (del cual formamos parte), hoy en día no hay excusas para hacer el cambio. Tanto en el supermercado como comiendo afuera. Claro, con algunas excepciones, si vas a una parrilla mucho no vas a encontrar. La posta es que hay una diferencia fundamental entre hacer lo más cómodo y lo correcto.
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