Tus hábitos alimenticios (y tu billetera) son una herramienta mucho más poderosa de lo que imaginás.
No hagas la vista a un lado. Como dijo una lectora del blog, luego de ver cosas como estas sólo hacen falta dos dedos de frente y un poquito de corazón.
jueves, 7 de enero de 2010
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